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domingo, 7 de julio de 2013

El principito




El principito


No quiero dejar de recomendar uno de mis libros favoritos, un clásico de clásicos. Desde su aparición en 1943 se ha convertido en una de las obras clásica traducida a 180 idiomas, generalmente se le etiqueta como literatura infantil, pero en realidad es un libro capaz de atraer a cualquier lector de cualquier edad dejando una huella en su vida, el Principito es una completa joya literaria del siglo XX.

Desde su publicación, el relato El Principito ha sido llevado al teatro y al cine, la más relevante adaptación fue la versión musical protagonizada por Steven Warner y Richard Kiley acompañados por con Gene Wilder, Joss Ackland y Bob Fosse.

He aqui un fragmento del libro. ¡Que lo disfruten!

(...)

Entonces apareció el zorro.
-Buenos días -dijo el zorro.
-Buenos días -respondió cortésmente el principito, que se dio vuelta, pero no vio nada.
-Estoy acá -dijo la voz- bajo el manzano...
-¿Quién eres? -dijo el principito-. Eres muy lindo...
-Soy un zorro -dijo el zorro.
-Ven a jugar conmigo -le propuso el principito-. ¡Estoy tan triste!...
-No puedo jugar contigo -dijo el zorro-. No estoy domesticado.
-¡Ah! Perdón -dijo el principito. Pero, después de reflexionar, agregó:
-¿Qué significa «domesticar»?
-No eres de aquí -dijo el zorro-. ¿Qué buscas?
-Busco a los hombres -dijo el principito-. ¿Qué significa «domesticar»?
-Los hombres -dijo el zorro- tienen fusiles y cazan. Es muy molesto. También crían gallinas. Es su único interés. ¿Buscas gallinas?
No -dijo el principito-. Busco amigos. ¿Qué significa «domesticar»?
-Es una cosa demasiado olvidada -dijo el zorro-. Significa «crear lazos».
-¿Crear lazos?
-Sí -dijo el zorro-. Para mí no eres todavía más que un muchachito semejante a cien mil muchachitos. Y no te necesito. Y tú tampoco me necesitas. No soy para ti más que un zorro semejante a cien mil zorros. Pero, si me domesticas, tendremos necesidad el uno del otro. Serás para mí único en el mundo. Seré para ti único en el mundo...
-Empiezo a comprender -dijo el principito-. Hay una flor... Creo que me ha domesticado...
-Es posible -dijo el zorro-. ¡En la Tierra se ve toda clase de cosas...!
-¡Oh! No es en la Tierra -dijo el principito. El zorro pareció muy intrigado:
-¿En otro planeta?
-Sí.
-¿Hay cazadores en ese planeta?
-No.
-¡Es interesante eso! ¿Y gallinas?
-No.
-No hay nada perfecto -suspiró el zorro. Pero el zorro volvió a su idea:
-Mi vida es monótona. Cazo gallinas, los hombres me cazan. Todas las gallinas se parecen y todos los hombres se parecen. Me aburro, pues, un poco. Pero, si me domesticas, mi vida se llenará de sol. Conoceré un ruido de pasos que será diferente de todos los otros. Los otros pasos me hacen esconder bajo la tierra. El tuyo me llamará fuera de la madriguera, como una música. Y además, ¡mira! ¿Ves, allá, los campos de trigo? Yo no como pan. Para mí el trigo es inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada. ¡Es bien triste! Pero tú tienes cabellos color de oro. Cuando me hayas domesticado, ¡será maravilloso! El trigo dorado será un recuerdo de ti. Y amaré el ruido del viento en el trigo...
El zorro calló y miró largo tiempo al principito:
-¡Por favor... domestícame! -dijo.
-Bien lo quisiera -respondió el principito-, pero no tengo mucho tiempo. Tengo que encontrar amigos y conocer muchas cosas.
-Sólo se conocen las cosas que se domestican -dijo el zorro-. Los hombres ya no tienen tiempo de conocer nada. Compran cosas hechas a los mercaderes. Pero como no existen mercaderes de amigos, los hombres ya no tienen amigos. Si quieres un amigo, ¡domestícame!
-¿Qué hay que hacer? -dijo el principito.
-Hay que ser muy paciente -respondió el zorro-. Te sentarás al principio un poco lejos de mí, así, en la hierba. Te miraré de reojo y no dirás nada. La palabra es fuente de malentendidos Pero, cada día, podrás sentarte un poco más cerca...
Al día siguiente volvió el principito. -Hubiese sido mejor venir a la misma hora -dijo el zorro-. Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, comenzaré a ser feliz desde las tres. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto; ¡descubriré el precio de la felicidad! Pero si vienes a cualquier hora, nunca sabré a qué hora preparar mi corazón... Los ritos son necesarios.
-¿Qué es un rito? -dijo el principito.
-Es también algo demasiado olvidado -dijo el zorro-. Es lo que hace que un día sea diferente de los otros días: una hora, de las otras horas. Entre los cazadores, por ejemplo, hay un rito. El jueves bailan con las muchachas del pueblo. El jueves es, pues, un día maravilloso. Voy a pasearme hasta la viña. Si los cazadores no bailaran en día fijo, todos los días se parecerían y yo no tendría vacaciones.
Así el principito domesticó al zorro. Y cuando se acercó la hora de la partida:
-¡Ah!... -dijo el zorro-. Voy a llorar.
-Tuya es la culpa -dijo el principito-. No deseaba hacerte mal pero quisiste que te domesticara...
-Sí-dijo el zorro.
-¡Pero vas a llorar! -dijo el principito.
-Sí-dijo el zorro.
-Entonces, no ganas nada.
-Gano -dijo el zorro-, por el color de trigo. Luego, agregó:
-Ve y mira nuevamente a las rosas. Comprenderás que la tuya es única en el mundo. Volverás para decirme adiós y te regalaré un secreto.
El principito se fue a ver nuevamente a las rosas:
-No sois en absoluto parecidas a mi rosa: no sois nada aún -les dijo-. Nadie os ha domesticado y no habéis domesticado a nadie. Sois como era mi zorro. No era más que un zorro semejante a cien mil otros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo.
Y las rosas se sintieron bien molestas.
-Sois bellas, pero estáis vacías -les dijo todavía-. No se puede morir por vosotras. Sin duda que un transeúnte común creerá que mi rosa se os parece. Pero ella sola es más importante que todas vosotras, puesto que es ella la rosa a quien he regado. Puesto que es ella la rosa a quien puse bajo un globo. Puesto que es ella la rosa a quien abrigué con el biombo. Puesto que es ella la rosa cuyas orugas maté (salvo las dos o tres que se hicieron mariposas). Puesto que es ella la rosa a quien escuché quejarse, o alabarse, o aun, algunas veces, callarse. Puesto que ella es mi rosa.
Y volvió hacia el zorro:
-Adiós -dijo.
-Adiós -dijo el zorro-. He aquí mi secreto. Es muy simple: no se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos.
-Lo esencial es invisible a los ojos -repitió el principito, a fin de acordarse.
-El tiempo que perdiste por tu rosa hace que tu rosa sea tan importante.
-El tiempo que perdí por mi rosa... -dijo el principito, a fin de acordarse.
-Los hombres han olvidado esta verdad -dijo el zorro-. Pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa...
-Soy responsable de mi rosa... -repitió el principito, a fin de acordarse.

ANTOINE DE SAINT-EXUPÉRY


martes, 2 de julio de 2013

La escuela cuadriculada, del ayer y del hoy......

La escuela cuadriculada del ayer y del hoy......


El día de ayer me encontré con la historia de Elena, que además de hacerme reflexionar me ha conmovido debido a la realidad educativa en la que seguimos sumergidos desde décadas. Y es que mucho se ha escrito y hablado del tema....

 “Que la escuela es anacrónica, ... que todavía queda mucho para que el modelo educativo esté al servicio de las necesidades de los ciudadanos del siglo XXI,... que mata la creatividad ... que los profesores no están a la altura o preparados para afrontar estos retos etc etc etc...”

He tenido la fortuna de haber estudiado en tres países diferentes (México, España y Alemania) puedo decir con certeza que ninguna de los tres sistemas es perfecto.... cada uno de ellos tiene sus aciertos y carencias. 

Y dentro de esas carencias, todos los sistemas educativos en el mundo nos piden que estudiemos o mejor dicho memoricemos para aprobar los exámenes, asistimos a la Universidad para obtener un grado académico. En el medio universitario esta práctica se ha convertido en responder a la pregunta: qué necesitamos saber para enfrentar con éxito cada exámen. Esto es lo que guía nuestro paso por el campus (figura 1).


Pero desde mi punto de vista lo más importante es que el futuro de la educación no debe centrarse en los datos sino en la construcción de modelos donde la prioridad sea educar con lo mejor. 

Comprometiendo y concientizando a todas las partes involucradas. El asunto va mucho más allá de la nuevas tecnologías, aunque éstas estén afectando el ecosistema educativo en algunos (pocos aún) países del mundo. No sólo debemos imaginar cómo aplicar los nuevos dispositivos sino cómo modelar la mezcla entre lo clásico y lo moderno. 

No se trata de promover una cosmovisión tan efímera como los nuevos dispositivos, que cada seis meses se renuevan y cada poco más quedan obsoletos, sino de incorporar a los docentes al liderazgo del proceso de transición entre el siglo que se fue y el que ya comenzó.



Les dejo la historia de Elena.

"Tengo diecisiete años y mi padre es licenciado en historia del arte e historia universal. Yo estudiaba en casa, no pisé un colegio hasta los diez años. Mi profesor era mi padre,con el cual estudiaba durante tres horas al día y dedicaba una más a repasar y hacer ejercicios, el resto del tiempo jugaba,leía,bailaba,tocaba el piano con mi padre al violín, dibujaba e incluso escribía cuentos y poemas a muy temprana edad que leíamos juntos por la noche; hacía mil y una cosas. Esto se debía a que mi padre trabajaba a distancia escribiendo textos y ejercicios para universidades y el resto del tiempo le gustaba estar conmigo. Pero mi idilio termino cuando a los 10 años mi padre consideró que para poder desarrollar una actitud social normal debía interactuar más con niños de mi edad, así que me mudé a casa de mi tía (mi madre murió al darme a luz), que me llevó al colegio donde pasé los peores años de mi vida.

Para empezar las clases eran un suplicio, no entendía los libros en absoluto, me resultaban totalmente incomprensibles y la verdad es que los profesores no se explicaban mucho mejor y las clases se me hacían interminables (y estúpidas). Eran un auténtico castigo no entendía el sistema de repetir tantas veces la misma cosa y ponerla en practica al llegar a casa. Y no hablemos de mis compañeros. El primer día acudí con gran ilusión (puramente fundamentada en una mezcla de curiosidad y emoción) y cuando llegué allí me encontré a un atajo de críos de mentalidad atrasada con la creatividad de un pepino en salmuera y la originalidad de una patata, no me entendían al hablar ("palabras raras" lo llamaban). Al principio les resulté muy interesante por haber cursado una educación distinta y empezaron a tratarme con desprecio o a ignorarme, a pesar de que nunca me porté mal con ninguno. Era una niña que no conocía la mala fe ni la conozco; me he criado con un padre que en mi vida me ha gritado ni levantado la mano ya que sabe las formas correctas de educarme.

Siempre he sido una chica de buen ver ,era muy mona de pequeña y ahora mi físico me contenta bastante pero ellos decidieron que yo era horrenda por el hecho de ser distinta (a los once años frustrada por los insultos a mi pelo rojo me tinté de negro) y por primera vez en mi vida me sentí sola, muy sola. En todas las asignaturas tenia problemas, en Castellano me enseñaban reglas ortográficas a base de tablas y dictados y no leyendo libros como había hecho hasta entonces, me enseñaban literatura a base de leer datos de autores y descripciones de sus obras y no leyendo sus obras... Cuando pregunté "¿Y en vez de estudiar el libro ¿Por qué no lo leemos?" a lo que me respondieron "No tenéis capacidad de entenderlo" Sin embargo yo ya había leído,entendido y comentado largamente con mi padre algunos de ellos, y la historia se repetía "¿Por qué me enseñas las partes de una narración ,pero no me enseñas a escribir una narración? ¿Por qué me enseñas métrica pero no me haces escribirte un poema utilizándola?". A pesar de que yo ya hablaba inglés en clases me desconcertaba, ya que no oía hablar inglés sólo explicaban como se hablaba el inglés ¿Queréis aprender inglés? Leed en Inglés.

En música recuerdo que me enseñaban el valor de las notas y las posiciones de la flauta y cuando pregunté "¿Cuándo vamos a aprender a hacer música" "¿A hacer música?" "Sí, a escribir partituras y escuchar música" la profesora se rió y me respondió "No estáis capacitados para hacer algo tan difícil como escribir una partitura" pero yo había escrito muchas composiciones ya, infantiles y nada virtuosas, pero entretenidas y algunas muy graciosas con letras que aún nos hacen desternillarnos a mi padre y a mi cuando las releemos. Además, yo conocía a casi todos los compositores y músicos relevantes de la historia y sabía identificar sus piezas más célebres, el valor de las notas lo interpretaba con movimiento y danza.
En religión, yo estaba acostumbrada sin saberlo a cuestionar a los grandes: Descartes, Platón, Sócrates, Nietzsche, Kant y muchos más. Mi padre había fusionado religión con filosofía y me había explicado no sólo la historia del cristianismo sino de todas las religiones. Hablábamos de todos los temas que conllevaban una mínima profundidad y me planteaba conflictos éticos y morales en los que debía discurrir por qué estaban bien o mal, qué haría yo, qué consecuencias tendría, etc... 

En dibujo fue donde más despagada me quedé. Mi padre es un apasionado del arte tanto el antiguo como el contemporáneo, así que yo conocía todas las formas y técnicas posibles para manifestar el arte visual: sabía dibujar, pintar y esculpir, conocía a los artistas más grandes de la historia y los del momento, había visitado montones de museos y edificios emblemáticos y el arte me resultaba total y absolutamente maravilloso. Cuando me dijeron  "Pintad esta ballena con ceras" yo cogí y dibujé un jardín en la ballena, bastante bonito, al lado de la ballena dibujé una ballena bebé que tenía rota una aleta y la llevaba vendada y por dentro, Luego la coloree con una cera haciéndola más oscura y más clara por zonas pero al mostrárselo orgullosa al maestro me dijo "Las ballenas no son de colores ni llevan vendas, coloréala en tonos grises y azules". Ahí mi mente explotó por completo "¿Que no existen? ¿Y qué mas da si no existen?". No lo entendía, no podía, no era capaz de comprender ese razonamiento y con mis posteriores trabajos ocurrió más de lo mismo: "Las olas ni bailan ni cantan", "los árboles no llevan traje", "los pájaros no pueden hacer túneles subterráneos" y yo no entendía nada en ninguna asignatura y mucho menos lograba adaptarme. Llegué a duras penas a 2º de ESO.
Ya llevaba 3 años escolarizada e iba a por el cuarto con muchos problemas y muy pocas ganas de estudiar, me había vuelto callada, asocial y reservada. Me tragaba mis opiniones porque sabía que SIEMPRE eran contrarias a las de mis compañeros y eso me solía crear conflictos. Un día, todos mis profesores decidieron que era aconsejable que yo visitase el psicólogo del centro, que resultó ser un patán absoluto que no me entendía para nada. Yo que ya contaba con un montón de libros de psicología leídos (como de casi todos los campos existentes) comprendí de inmediato que aquel señor no sabía lo que hacia. La depresión llegó ese mismo año y por ende mi tía, que ya no sabia que hacer, decidió devolverme un tiempo a mi padre, cosa que agradeceré eternamente. Mi padre me recibió con los brazos abiertos, esos meses recobré mis antiguas costumbres, jugábamos, pintábamos, leíamos, escuchábamos música, escribíamos, hacíamos turismo, dialogábamos sobre filosofía y política sobre ética y moral y nos pasábamos horas y horas debatiendo mientras consultábamos libros y referencias (porque así es como se aprende, señores).

En esos días recobré las ganas. Hablé con mi padre y le expliqué la situación en el colegio y al día siguiente vino a casa un  gran amigo suyo que era psicoanalista y catedrático de una universidad en la que colaboraba mi padre y también había dado clase a niños de mi edad (13 años por ese entonces). Aquel hombre se quedó con nosotros una semana y participó activamente en todas las actividades que hacíamos mi padre y yo. Al final de la semana la noche antes de marcharse, me enviaron antes a la cama, y como no tenia sueño les oía susurrar. Sabia que no estaba bien pero mi curiosidad es algo latente en mi y nunca se sacia, así que me levanté y me puse en la ventana del salón que estaba pegada a la ventana del despacho de mi padre y desde donde escuchaba la conversación perfectamente.

Básicamente aquel hombre estaba maravillado conmigo, mi capacidad de comprensión sobre cualquier tema ,mi vocabulario y expresión, con mis dibujos y pinturas, con mi música , él dijo que en su vida había visto un prodigio mayor que yo , que mi inteligencia superior era más que obvia y que mis capacidades en todo eran más que excelentes,sobresaliente ,me describía asombrosa y le recomendó encarecidamente a mi padre que me hiciese una prueba para corroborar esto y acceder a la educación que me merecía lejos de la masa mediocre y mi padre estuvo de acuerdo en que yo era alguien brillante.

¿Sabes cual fue el resultado de las pruebas? Adivina, no soy superdotada,ni mucho menos, mi CI es de 106 (lo normal es entre 100-110). Me devolvieron a la escuela normal, repetí en 3º de ESO y terminé con malas notas. Ahora mismo estudio del bachiller humanístico donde la verdad, mis notas son más que reconfortantes y han aumentado increíblemente. Me he vuelto a mudar con mi padre y aunque tardo casi una hora y tres cuartos en llegar a clases porque nuestra casa está muy alejada, me vale la pena. En un futuro, tengo pensado licenciarme en Magisterio y Psicología.
Yo no era más inteligente ,pero había recibido una correcta educación a todos los niveles y hoy me considero una persona con una cultura acuciante y una capacidad de opinar por mi misma y manifestar esta opinión de la que muchos carecen. Me he educado en la tolerancia a otras culturas y el respeto a otros pensamientos e ideologías, en tener siempre la mente abierta y ser capaz de mantener discusiones con otras personas sin necesidad de despreciar sus argumentos ni desechar los míos, y hasta ahora para exponer mi opinión nunca me ha hecho falta herir o insultar a nadie. Y con todo esto quiero decir que creo que estamos tirando muchas cosas a la basura, estamos tirando a la basura el arte, la ciencia, el saber... Estamos tirando cerebros a la basura como si nos sobrasen, y no es así. Me estoy preparando para pelear por la educación en un futuro y cambiar las cosas. Me crea una gran impotencia ver a todas esas mentes desperdiciadas viviendo en la ignorancia. Gente; leed, hablad, haced cosas, desarrollad vuestras cualidades y capacidades, no dejéis que se hundan en la mediocridad. 
Porque que te hayan educado para ser mediocre no implica que lo seas."



Espero que esta historia nos sirva como reflexión. Estamos en el proceso de cambio y aun falta mucho por hacer........