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jueves, 11 de abril de 2013

Cuestión aritmética



Expectativas




Este fin de semana se celebró en el pueblo donde vivo la Carrera anual que organizan varios clubes deportivos, con el apoyo económico de CLAAS la empresa más grande de esta zona. Dicha carrera como cualquier otra, involucra diferentes categorías de competición y una premiacion final. Todos luchan con uñas y dientes por el oro, por darle sentido al esfuerzo y sacrificios realizado. Al final, aquéllos con un mejor desempeño son los que consiguen el objetivo: la medalla. Parece obvio que las personas que lo consiguen deberían estar radiantes de felicidad. Por orden, la medalla de oro debería estar más feliz que la de plata, y la de plata que la de bronce.

Pero la psicología social afirma que en promedio, los medallistas de bronce son más felices que los medallistas de plata. A esto se le llama pensamiento contrfactual, que consiste en pensar “¿qué debería haber sido?”. La diferencia es una cuestión semántica que provoca un pensamiento muy distinto. La plata piensa en “si sólo ......” mientras que el bronce piensa “por lo menos ......”. Sin duda, el enfoque del bronce es más optimista que el enfoque de la plata. Y la diferencia de enfoque tiene mucho que ver con las expectativas.

Nuestras expectativas son las causantes de gran parte de los sentimientos que invaden nuestros pensamientos. Las expectativas nos hacen anticipar muchos de los acontecimientos que aún tienen que suceder. 

Creamos historias en las que nos vemos haciendo o consiguiendo algo, que si al final no sucede no nos gustará.

Esta tendencia a imaginar o pensar otras posibilidades es muy fuerte en el ser humano, surge de forma irresistible y con frecuencia ocurre automáticamente, sobre todo después de algún resultado o acontecimiento negativo o mejorable.

La frustración reside en el vacío que existe entre una expectativa cumplida y otra no cumplida. Este vacío explica porqué una persona con un mejor desempeño que otra puede ser más infeliz. Las expectativas nos hacen esclavos de nuestras ideas, siendo ellas las que deciden nuestro estado de ánimo.

En mi opinión, el mejor antídoto contra la frustración es el pensamiento que genera la medalla de bronce en el podium: “mente positiva...”. Consiste en aceptar lo que viene, saber utilizarlo como base sobre la que construir nuevas oportunidades. El bronce se ha preparado para conseguir el oro igual que la plata. Sus expectativas eran las mismas, pero la manera de interpretarlas cambia el sentimiento. ¿Quién sale ganando?, para mí, el tercero ganas más porque interpretar así la expectativa no cumplida nos motiva a volver a intentarlo, a seguir persiguiendo el objetivo. Es una cuestión aritmética: 1+2=3


4 comentarios:

  1. Me gustò mucho tu reflexiòn. Tienes mucha razon respecto a las expectativas, todo eso es un juego de nuestra mente. Como dicen los grandes sabios, para ser felices hay que vivir sin expectativas, lo que venga esta bien, es lo que tiene que venir, todo es perfecto en este mundo. Y recordar vivir en el aqui y en el ahora. Saludos Odette,
    Ruth

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    1. Ciertamente Ruth las expectativas muchas veces nos quitan la energía y tiempo que se podría aprovechar para realizar algo mejor o más grande, me quedo con el vivir en el aqui y ahora. Saludos

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  2. Me parece excelente y la síntesis q se plantea es genial: prepàrate y lucha para el oro y sé feliz con lo q llegue, porque sea lo q sea el resultado, te va a acercar cada ves más a tus sueños

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  3. Wow Rich siempre enriqueces con tus comentarios ese lado que muchas veces no veo como tal, abrazos

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